—Logró convencer tanto a su cuñado como al tío de ambos jade, haciendo que lo llevarán directo a dónde se suponía su esposo estaba con aquella cacería.
Llegaron a aquel bosque, alejado del pueblo y dónde él desastre era visible, sólo esperaba no haber llegado tarde o jamás se lo perdonaría.
En cuanto sus pies tocaron la tierra, corrió en busca de su esposo, mirando a varios discípulos ya inertes, negando y corriendo desesperado.—

¡Lan Zhan! ¡Lan Zhan! ¿¡Donde estás!?

—Su buqueda fue incesante, desesperada, él no dar con el jade ni llamándole no sólo le preocupaba a él sino a quienes lo acompañaron, ni que decir de su hermano.
Siguió adentrándose más a aquel campo de batalla, hasta distinguir a la distancia la figura inconfundible de su esposo, mirando lo que le rodeaba con afán de terminar con su vida.
Corrió rápidamente a él, tomando una de las espadas tiradas para cortar un bambú y hacer una flauta improvisada.—

¡LAN ZHAN!

—lo llamó una vez más, rogando por verlo alzar la cabeza al menos, saber que seguía vivo, llegando hasta él y comenzando a tocar con las manos temblorosas y su respiración cortándose, pero no iba a dejarlo ahí, no pensaba perder a su esposo así.—

—Logró convencer tanto a su cuñado como al tío de ambos jade, haciendo que lo llevarán directo a dónde se suponía su esposo estaba con aquella cacería.
Llegaron a aquel bosque, alejado del pueblo y dónde él desastre era visible, sólo esperaba no haber llegado tarde o jamás se lo perdonaría.
En cuanto sus pies tocaron la tierra, corrió en busca de su esposo, mirando a varios discípulos ya inertes, negando y corriendo desesperado.—

¡Lan Zhan! ¡Lan Zhan! ¿¡Donde estás!?

—Su buqueda fue incesante, desesperada, él no dar con el jade ni llamándole no sólo le preocupaba a él sino a quienes lo acompañaron, ni que decir de su hermano.
Siguió adentrándose más a aquel campo de batalla, hasta distinguir a la distancia la figura inconfundible de su esposo, mirando lo que le rodeaba con afán de terminar con su vida.
Corrió rápidamente a él, tomando una de las espadas tiradas para cortar un bambú y hacer una flauta improvisada.—

¡LAN ZHAN!

—lo llamó una vez más, rogando por verlo alzar la cabeza al menos, saber que seguía vivo, llegando hasta él y comenzando a tocar con las manos temblorosas y su respiración cortándose, pero no iba a dejarlo ahí, no pensaba perder a su esposo así.—

—Sorprendido al escuchar eso, desvió la mirada un poco, sacudiendo la cabeza para sacarse esa extraña imagen mental que le dió.—

Realmente no lo sé pero... Pero me alegra que mamá no hubiera tenido nada con él. Seríamos primos y eso no sería bueno~