-Sonrie un poco triunfante por saber que él no haría eso pero cuando escucho la otra parte de inmediato el rubor cubrió toda su cara la cual cubrió con mucha vergüenza-
Eso fue rápido. Pero recuerda ser especifica, solo por que me agradas no seré ruin.
-sin más se levantó, sacando de la manga de su yukata un pergamino, lo dejó desenrollarse de su mano al suelo, hizo un pequeño acto de magia y de nuevo jaló el pergamino, había aparecido una mesita de madera que tenía una tetera, una caja con diferentes bolsitas de seda con diferentes tés y dos tazas.-
-Siempre terminaba impresionada cuando se trataba de la magia de Tarō, era como una niña viendo a un mago actuando, al ver aquella mesita y bolsas de té tan elegantes llevo sus manos a la boca para cubrirla y no dejarle ver qué estaba boquiabierta-
No era la apariencia de él lo que me gustaba más, era su escencia, su manera de amarme, su forma de demostrar su afecto y la fidelidad que me tenía...eso no lo puede hacer cualquier persona...
- Acarició con suavidad la espalda de su hermana, tratando de reconfortarla, más sabia que obviamente no sería suficiente. Cerró sus ojos y recordó cuando eran pequeñas y se sentían tristes y su madre las acunaba entre sus brazos y les cantaba una canción que ella misma había inventado para las pequeñas hermanas. Soltó un suave suspiro y en un tono bajo y hermoso, comenzó a cantar aquella canción para su hermana, descubriendo finalmente uno de sus tantos talentos, aquel que con recelo ocultó; el canto. -
-Marina siente que nada la llena, siente un enorme vacío a pesar de saber que su hermana de sangre y sus hermanos Celtas la quieren mucho, la ausencia de su amado prometido la tiene muy mal, sin embargo la calidez del abrazo de Tessa agregado su hermoso canto la empiezan a relajar, está sorprendida ya que su canto era como el de las sirenas, no conocía ese talento de su hermana, solo se acurrucaba en ella y solloza aunque más tranquila-
*~ Le sonríe, para sentarse a un lado de ella, bebiendo del jugo de durazno y suelta un suspiro pequeño ~* Me alegro de estar ayudándote aunque sea un poquito
Oh, es cierto perdón Soy Aria, así ya no soy tan desconocida *~ Suelta una risa pequeña, para mirarla y mantener esa sonrisa ~* Tienes más hambre o así estás bien
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No te atreverías a entrar sin mi permiso...lo sé.
se acerca a murmurarle al oido.
― A meterme a tu cama. ―
Y después de esa confesión se convierte en zorro y sale huyendo haciendo chillidos como risas.
¡Tú! Ya verás