Cerró los ojos de cuervo tras la mínima señal de afecto.
— A la orden.
Salió volando. No se despidió, pues, volver a verla en la noche era parte del sueño. Ya habría oportunidad de tomar un baño después de planear.
Convocar a las 5 hermanas en el bosque, luego de ubicarlas mediante un ritual, era entero complicado. Por fortuna, las otras 4 sabrían de la presencia de la otra y eso le ahorraba tiempo. Convencerlas de quedarse o negociar con ellas, por otro lado, no estaba a su alcance. Cree que ellas son mezquinas y quieren algo a cambio por el mínimo de cooperación. Pero que ninguna es más atemorizante que Rowena, en su opinión.
Ya entre arbustos, con la noche en curso y las hermanas en ronda, volvió a llamar a su señora para dar comienzo al ritual (eso que ella llama "la bendición").
— Caw, caw.
Cantó glorioso. Se enorgullecía de haberlas juntado en menos de una noche. Débil e inferior, temía por su seguridad frente a tanto poder.
— ¡Estamos aquí para continuar nuestro avance en contra de la Iglesia! El nuevo representante de Dios, recién conmemorado, hará una visita a la ciudad. Confío en que contaré con su ayuda para el próximo golpe.
Sonaba convencido de que así sería. Pero, por dentro, estaba aterrado. ¿Dónde se encontraba su señora?
JavaScript is disabled on your browser.
iOrbix won't work properly if your browser doesn't have JavaScript enabled.
Please enable JavaScript, or alternatively, access iOrbix Mobile.
— A la orden.
Salió volando. No se despidió, pues, volver a verla en la noche era parte del sueño. Ya habría oportunidad de tomar un baño después de planear.
Convocar a las 5 hermanas en el bosque, luego de ubicarlas mediante un ritual, era entero complicado. Por fortuna, las otras 4 sabrían de la presencia de la otra y eso le ahorraba tiempo. Convencerlas de quedarse o negociar con ellas, por otro lado, no estaba a su alcance. Cree que ellas son mezquinas y quieren algo a cambio por el mínimo de cooperación. Pero que ninguna es más atemorizante que Rowena, en su opinión.
Ya entre arbustos, con la noche en curso y las hermanas en ronda, volvió a llamar a su señora para dar comienzo al ritual (eso que ella llama "la bendición").
— Caw, caw.
Cantó glorioso. Se enorgullecía de haberlas juntado en menos de una noche. Débil e inferior, temía por su seguridad frente a tanto poder.
Sonaba convencido de que así sería. Pero, por dentro, estaba aterrado. ¿Dónde se encontraba su señora?