Y ella puso su mejor cara de inocencia. —Pues te iba a pedir dinero, en realidad. Si la engañas no será para siempre, ¿Cierto? Cuando se de cuenta nos vetará de la taberna, pondrá nuestras caras afuera de su taberna como entes no deseados y nunca me dibujan bien la nariz.— Hizo un puchero. —¡Y me gusta esta taberna! Así que suelta lo que traigas.— Extendió la mano, esperando el oro.
La observó con genuino odio, era mejor patearle las bolas que tocarte el bolsillo, pero accedió y le de entre una pequeña bolsa con algunas monedas—. Que no te saque todo el oro, que tenemos que comprar dendro y luego provisiones —le advirtió muy severo, luego resopló—. Me voy a esconder mientras, la cagas y le cuento a Rayla —advirtió antes de escapar al escondite más básico posible.
Kayley Eilianther | Siempre me toca rolear omegas en el omegaverse (totalmente no es porque muerda almohadas (?) pero quiero ahora una alfa, how do I alfa?
—A mi nadie me ve la cara de idiota.— Le susurró y con su letal dedito atacó uno de los ojos del aterrador Warlock. —Pero si, hay que aplicar la regla número dos, double tap.— Porque doble checar a los muertos o a los mentirosos nunca estaba de más. —Solo hay un pequeeeeño problema. No tengo con qué pagar la información, ehe.
Le metió el dedo en su ojo, hizo toda la pantomima, además de que así ella se aseguró de que no se la pase mucho tiempo en su cabeza. Ya recuperado, pero con el ojo irritado, la escuchó, casi, como si nada hubiese pasado—. Bien entonces me voy... —la última parte lo desencajó— ¿QUÉ? —puso su peor cara—. Entonces... ¿Le hago creer que le pagaste?
Y ella puso su mejor cara de inocencia. —Pues te iba a pedir dinero, en realidad. Si la engañas no será para siempre, ¿Cierto? Cuando se de cuenta nos vetará de la taberna, pondrá nuestras caras afuera de su taberna como entes no deseados y nunca me dibujan bien la nariz.— Hizo un puchero. —¡Y me gusta esta taberna! Así que suelta lo que traigas.— Extendió la mano, esperando el oro.
La observó con genuino odio, era mejor patearle las bolas que tocarte el bolsillo, pero accedió y le de entre una pequeña bolsa con algunas monedas—. Que no te saque todo el oro, que tenemos que comprar dendro y luego provisiones —le advirtió muy severo, luego resopló—. Me voy a esconder mientras, la cagas y le cuento a Rayla —advirtió antes de escapar al escondite más básico posible.
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