Puedes intentarlo. —volvió a suspirar pero ya se estaba rindiendo.— Pues vístete, que se supone que tendremos que ir a la playa. —Se estaba prácticamente despidiendo volviendo hacía el ventanal dónde había entrado y sonrió al final.— Bueno, al menos podremos ir a la playa. —Estiró sus brazos.— es algo que me tiene muy animada.
Sí. — Respondió sin mucho entusiasmo, entonces terminó de cepillarse para ir a su cuarto y vestirse con un atuendo más adecuado para ir a la playa. Luego de unos minutos volvió para encontrarse con Misaki. — Ya estoy listo para ir a la playa.
Llevó una mano detrás de su cabeza, rascándose con la mirada apartada. — Solo te estaba defendiendo de los acosadores, soy el único autorizado para hacer que tu rostro se ponga rojo. —
Suspiró profundamente, quizá no era su día de mejor humor así que todo le parecía más insoportable de costumbre. —Lo agradezco pero si se trata de acosadores, definitivamente te vas a tener que incluir en ellos.— Se quedó unos segundos pensativa al escuchar esas palabras y apretujó uno de sus puños. —¿¡Y quién diablos te otorgó esa autorización?!—
No entendía si lo de maltratadora lo decía por ella pero directamente le empujó un poco ruborizada. —Pues si le haces honor a ese título.— Caminó pasos hacía atrás por si acaso.
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