[center]El contacto fue perfecto. Un sonido explosivo llenó el campo de juego cuando la pelota golpeó el barril del bate. El impacto resonó en los oídos de los que allí se encontraban, Kenji contuvo el aliento mientras veía cómo la pelota salía disparada hacia el cielo. Regresó a sus cabales, consciente de su éxito, dejó escapar un grito de triunfo mientras dejaba caer su bate y corría por la línea de foul. La pelota, un pequeño punto blanco contra el vasto cielo azul, se elevó más y más alto, de repente, esta pasó por encima de la cerca del jardín central con una elegancia imparable. Aún con la adrenalina fluyendo a través de sus venas, saboreó aquella pequeña victoria. En ese momento fugaz, todo su arduo esfuerzo en tratar de batear los imposibles dos primeros lanzamientos de su compañera se habían materializado en ese swing majestuoso. Aquel home run fue una obra maestra, una prueba tangible de la grandeza del Baseball que Vulpis le había ofrecido.
El terror del pitcher, el sonido compacto de madera que en un segundo hace girar completamente el partido. Todo Pitcher eleva su mirada al cielo cuando bola es golpeada, la siguió hasta darse la vuelta y ver como se perdía mas allá de las gradas, el golpe estremeció a Vulpis al punto de erizar su pelaje, Home Run. Se retiro la gorra para suspirar como si hubiera recuperado el aire y dejar respirar sus orejas, seguía de reojo a Kenji terminar la carrera para ir saliendo del montículo mientras se desacomodaba el guante y acercarse con una sonrisa. [c=#608FBF]❛ Aish buen Home Run..fue como pashun zzzoom! hehe, te oliste la Curve Ball, eh hahaha. Me va a tocar invitar esta noche. ❜[/c]
[center]Su semblante cambió automáticamente al contacto de Vulpis con su brazo, como si nunca hubiese estado ofuscado, le tomó por sorpresa dejándose guiar por ella a donde quisiese llevarlo.
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