[code][c=#808080]Una sonrisa, ahora palpable por la molesta infringida en la muchacha, frenó todo estatus entre su rostro para lanzarle su chamarra. Fue un cambio de actitud casi instantánea que le llevo a guiar sus pasos junto a ella, ubicado a su derecha; apretó bien el abrigo con tal de taparla y después soltarla con un pequeño empujón. [/c][b]—¿Mejor? —[/b][c=#808080]Sinceramente, no tenía idea de que había sucedido, pero ver a su “rival” en tal estado ya era suficiente para “mejorar su día”. Permaneció, paciente, a su lado mientras aquel brillar se desvanecía ante su calor. [/c][b]—Faltar demasiado te va a terminar enviando a extras. ¿Tanto odias estar ahí? [/b] [/code]
[code][b]—Tch… —[/b] [c=#808080]Acorralado contra una pared, no tenía idea de cómo proseguir después de ello. La verdad no se había replanteado la idea de, con ver a la persona que odia tan ansiosa de eliminarla sobre esa escuela, actuaria de inmediato contra la institución para, o destituirlo, o para salirse de ahí. Sus padres, por mucho que fuesen humanos, tenían cierto grado de poder; el suficiente para comprobar lo peligroso que esta escuela seria para su hija. ¿Por qué la enviaron aquí? [/c][b]—Meiko, tu me conoces mejor que nadie. Actuar asi no viene de mis… “principios". Deberías entenderlo mejor que nadie. Aquí. Es. Peligroso. [/b][/code]
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