Miyano conversaba con Kuresawa, había decidido almorzar en el salón de clases acompañado por su compañero, llevaba poco tiempo de conocer a aquel joven tan extraño que se la pasaba bromeando de maneras que realmente se prestaban a malas interpretaciones, aunque bueno. ¿Quién era él para hablar de rarezas?, después de todo sus gustos no eran los más normales.
Lo que no esperaba era la repentina presencia del antes nombrado, sobresaltado y casi ahogándose con su bebida no pudo evitar toser estrepitosamente. ⸻Sasaki senpai. ¿Q-Que esta haciendo aquí?
@ Mɪʏᴀɴᴏ: — ¡Myaa-chan! ¡Perdona! ¿Te asusté? — Se disculpó en un tono de preocupación, reflejándose el mismo en su rostro y buscando a tientas en su mochila una botella de agua, con el objetivo de entregarla a Miyano y así, que pudiera aliviar su tos al casi ahogarse con su bebida.
Abrió la botella de agua, acercándose al menor y dejándole la botella en su mano, a la espera de que tomara tragos de esta.
— Toma, esto te aliviará. — Le indicó, posando suavemente su mano sobre la espalda del menor, a modo de apoyarle. No obstante, cuando su mano hizo contacto con la espalda del pelinegro, pudo darse cuenta de lo delgado y esbelto que era el menor, pensamientos que causaron que el mayor desviara su mirada hacia un lado, sonrojado por esto.
JavaScript is disabled on your browser.
iOrbix won't work properly if your browser doesn't have JavaScript enabled.
Please enable JavaScript, or alternatively, access iOrbix Mobile.
Miyano conversaba con Kuresawa, había decidido almorzar en el salón de clases acompañado por su compañero, llevaba poco tiempo de conocer a aquel joven tan extraño que se la pasaba bromeando de maneras que realmente se prestaban a malas interpretaciones, aunque bueno. ¿Quién era él para hablar de rarezas?, después de todo sus gustos no eran los más normales.
Lo que no esperaba era la repentina presencia del antes nombrado, sobresaltado y casi ahogándose con su bebida no pudo evitar toser estrepitosamente.
⸻Sasaki senpai. ¿Q-Que esta haciendo aquí?
Abrió la botella de agua, acercándose al menor y dejándole la botella en su mano, a la espera de que tomara tragos de esta.
— Toma, esto te aliviará. — Le indicó, posando suavemente su mano sobre la espalda del menor, a modo de apoyarle. No obstante, cuando su mano hizo contacto con la espalda del pelinegro, pudo darse cuenta de lo delgado y esbelto que era el menor, pensamientos que causaron que el mayor desviara su mirada hacia un lado, sonrojado por esto.