La peliazul se desperezó ruidosamente, estirando sus brazos y luego dejandolos caer con una sonrisa cuando vió a su esposo. Sentía que estaba en el paraiso, recibiendo un beso de su adorado y toda su atención. Jamás habia vivido algo igual— Dormi muy bien amor, gracias por el desayuno. Te tomaste todo el trabajo de hacer esto... —decía enternecida mirando todo lo que habia traido para que comenzara su día con la primera comida del día.— Ow, te levantaste tan temprano solo para esto... Ven, ven, recuéstate a mi lado —dijo la muchacha dando palmaditas a un lado de la cama donde solía dormir el hombre.— Quiero que me acompañes —
—Para mi es un placer atenderte, te mereces todo lo mejor. — Dijo dándole un beso ahora en su frente con todo ese amor y cariño que le tiene.
Ante las palmaditas que ella le daba a la cama, no dudó ni la hizo esperar para acomodarse a su costado, lo más pegado posible sin estorbarla. Pasó un brazo detrás de ella para poder abrazarla. Aprovechó la cercanía para darle otro beso, aunque ahora en su mejilla.
—Me alegra que hayas dormido muy bien Lamy. Yo también lo hice, especialmente porque tengo a la esposa más encantadora de la existencia.~ —
levitar? —preguntó la joven de cabello azul, un poco desanimada al ver como su caminata se vió interrumpida por ese puente. — No se si haya otro camino para cruzar, podríamos seguir explorando —dijo la chica no sonando muy segura de lo que decía.— No puede ser el único camino, me niego a pensar que solo existe este puente —La molestia se pudo notar bastante en su dulce voz porque la arruinaba, no parecía la misma elfo.
Cuando ella preguntó él intentó divisar hacia los costados de esa gran caída asegurada, solo el inmenso vacío del terreno se halló, esa grieta de interminable altura que marcó el fin de toda aventura, al parecer era la única manera de regresar a la ciudad sin tener que perder el día en ese hostil lugar—. Conozco algo parecido, nos podrá sacar del apuro —admitió sin mirarla a los ojos, sino que toda su atención se la llevó el horizonte desesperanzador—. Vamos a intentarlo, no te olvides que hay bestias cercas, no deberíamos perder más tiempo —con seriedad habló y luego buscó los áureos ojos de la elfa gélida. Pareció jamás estar más seguro de algo, pero la verdad es que su propuesta era muy poco seria ; claro que ella no lo sabía, pero como muchas veces en la vida, Gaikos decidió apostar su vida, desafiar a los silentes dioses de la montaña en un juego donde se halló en total desventaja y llegar a destino antes de que la noche marque el indiscutible fin del camino; de estar [...]
[...] solo era una anécdota alocada, una más, pero en esta ocasión puso en riesgo la vida de una criatura totalmente inocente y ajena a todas las ambiciones putrefactas que poseía. ¿Le importó? Por supuesto que no, incluso trató de sembrar esperanzas al regalarse una sonrisa cálida y extenderle la mano a la de hebras azuladas— ¿Vamos? No es tan largo como parece, podemos lograrlo —trató de animarla, mas era mentira, el puente era largo, difícil e impiadoso... Pero con cuidado, existió la posibilidad de cruzarlo, es por eso que él se arriesgó, pues existió posibilidad.
Se acercó a su esposa para darle un beso de buenos días. Él ya se había despertado desde temprano así que aprovechó para hacerle desayuno y traerselo a la cama.
—Buenos días amor ¿Has descansado bien? Toma, te he traído el desayuno.
La peliazul se desperezó ruidosamente, estirando sus brazos y luego dejandolos caer con una sonrisa cuando vió a su esposo. Sentía que estaba en el paraiso, recibiendo un beso de su adorado y toda su atención. Jamás habia vivido algo igual— Dormi muy bien amor, gracias por el desayuno. Te tomaste todo el trabajo de hacer esto... —decía enternecida mirando todo lo que habia traido para que comenzara su día con la primera comida del día.— Ow, te levantaste tan temprano solo para esto... Ven, ven, recuéstate a mi lado —dijo la muchacha dando palmaditas a un lado de la cama donde solía dormir el hombre.— Quiero que me acompañes —
—Para mi es un placer atenderte, te mereces todo lo mejor. — Dijo dándole un beso ahora en su frente con todo ese amor y cariño que le tiene.
Ante las palmaditas que ella le daba a la cama, no dudó ni la hizo esperar para acomodarse a su costado, lo más pegado posible sin estorbarla. Pasó un brazo detrás de ella para poder abrazarla. Aprovechó la cercanía para darle otro beso, aunque ahora en su mejilla.
—Me alegra que hayas dormido muy bien Lamy. Yo también lo hice, especialmente porque tengo a la esposa más encantadora de la existencia.~ —
JavaScript is disabled on your browser.
iOrbix won't work properly if your browser doesn't have JavaScript enabled.
Please enable JavaScript, or alternatively, access iOrbix Mobile.