La calidez del lugar la golpeó de inmediato, y al parecer, varios habían tenido ya la misma idea que ellos. Mientras otros buscaban una mesa, así como Enthon había divisado una, la rubia había mirado la misma, y ni corta ni perezosa agarró la mochila y la aventó directo a la mesa.
— ¡Esa es nuestra, está apartada! — dijo lo suficientemente fuerte para hacerse escuchar mientras su proyectil caía. Miró al moreno sonriente — ¡Listo, apartada! — mientras esperaba porque él cerrara el paragüas, ella se fue directo a sentarse.
Tanta era la lluvia que ya habían charcos grandes que entre cuadras impedía el cruce peatonal. Frunció los labios un poco estresada hasta que giró su rostro para prestarle atención.
— ¿Crees? Me parece bien, espero no estén tan llenas. De paso ahí agarramos calorcito y ... ¡Ahí, ahí! — señaló hacia la otra cuadra. — Ahí hay una, vamos. — jaló un poco de su brazo para llevarlo.
—¡Oye, espera! —dijo cuando casi cae, Maddy no era muy cuidadosa. Así que él tuvo que apresurarse para seguirle el paso, y claro, que no se mojara.
Ya en frente del lugar abre la puerta y espera a que Maredy pase primero, aunque de soslayo se da cuenta que en la cafetería hay bastante gente, pero por dicha una mesa desocupada en medio de las demás.
La calidez del lugar la golpeó de inmediato, y al parecer, varios habían tenido ya la misma idea que ellos. Mientras otros buscaban una mesa, así como Enthon había divisado una, la rubia había mirado la misma, y ni corta ni perezosa agarró la mochila y la aventó directo a la mesa.
— ¡Esa es nuestra, está apartada! — dijo lo suficientemente fuerte para hacerse escuchar mientras su proyectil caía. Miró al moreno sonriente — ¡Listo, apartada! — mientras esperaba porque él cerrara el paragüas, ella se fue directo a sentarse.
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