:・゚✧ *:・゚✧ *:・゚✧
*:・゚.✧:・゚.✧ *:・.
┊ ┊ ┊ ┊
┊ ┊ ┊ ❀
┊ ┊ ✧
┊ ❀
✧
El pαѕαdo qυe ɴo qυιero recordαr...
(Ⲏⲓ⳽ⲧⲟⲅⲓⲇ dⲉ Ⲛⲩⲟⲕⲟ)
El pasado para algunos es algo bueno, algo para recordar y atesorar como el más lindo de los momentos, pero no todos tienen la misma suerte.
¿Quién soy realmente?
Mi nombre es Nyoko y fui creada por "La orden del cisne negro". Un grupo de hechiceros malvados con propósitos de destrucción.
Cuando nací, tenía la forma de una pequeña e inocente niña que parecía no tendría mucho desarrollo en cuanto a habilidades mágicas, por lo que ellos pensaron que era otro error y me desecharon cual si no valiera nada, pero Kurama, mi primer amo me encontró... Afortunadamente.
Ese día Kurama había salido a un campamento de verano en la preparatoria, fueron a un bosque donde había edificaciones antiguas y, explorando junto con sus compañeros, encontró a una pequeña niña de 2 años que había sido cuidada por una manada de gatos salvajes. Él me llevó a escondidas al campamento y después a su casa, donde se hizo cargo de mi. Los días pasaban y yo crecía cada vez más. Me enseñó a leer, escribir y hablar, así como modales, pero al final de cuentas, también soy una felina, ¿no? Era traviesa, perezosa, gritona y exigente, pero Kurama me quería tal como era.
Vivía muy feliz a su lado, para mi era el mejor de los amos, lo amaba con todo mi corazón porque fue el primero que se apiadó de mi. Pese a que mis creadores pensaron que no tendría nada de especial y no sería la "hechicera" perfecta para sus planes malévolos, mis poderes iban despertando dentro de mi, pero Kurama me ayudaba a mantenerlos en muy bajo perfil para no causar daños a nadie ni a nada.
Kurama siempre buscó lo mejor para mi, incluso aunque yo causara desastres en su departamento por mi inquietud, me obsequiaba cosas muy bonitas, me acariciaba la cabeza cada vez que lo exigía y me daba mucho cariño cuando me acercaba a él, sin olvidarme de los enoooormes pescados que me daba para comer.
No podía ser más feliz hasta que... Un día todo, todo cambió. Una chica extraña llegó una tarde con Kurama, era una chica muy linda, no puedo negarlo y se veía muy amable, pero cada vez que estaba cerca de mi, estornudaba. ¿Por qué? No lograba entenderlo hasta que Kurama me explicó que su novia era alérgica a los gatos, pero que ella había insistido en conocerme porque quería que fuéramos buenas amigas. Yo me sentía feliz, una nueva amiga con quien conversar y hacerle bromas al bobo de Kurama, ¡yay! Pero nada es lo que parece...
A Shizuka en realidad no le agradaban los gatos y menos una chica gato que, para ella era una aberración. Para Shizuka sería una tentación para Kurama cuando fuese grande y era una enemiga que debía eliminar. Al principio era amable y dulce conmigo, pero después fue cambiando su carácter hacia mi, dejándome en el balcón cada vez que ella venía de visita, hasta que finalmente decidió mudarse con nosotros. Ahora yo vivía en el balcón, sola y sin poder entrar a la casa. Ella en ocasiones no me daba mi alimento y cada que le pedía a Kurama jugar, ella se molestaba y le pedía a Kurama hacer otra cosa, alejándolo de mi poco a poco.
Un par de años pasaron y finalmente Kurama terminó la universidad y comenzó a trabajar, por lo que ambos decidieron casarse y mudarse a una casa que pagarían ambos mientras se hacían de la propia.
Yo estaba feliz porque ahora tendría un lugar mucho más grande para vivir y correr y no solo someterme a estar en un simple balcón. Había preparado mis juguetes, mis cosas y solo esperaba a que abrieran la puerta para irme con ellos, mientras veía como bajaban las cajas donde se llevaban sus cosas, pero... Solo vi como al final la puerta se cerró. Esperé y esperé y esperé y no volvían por mi. ¿Por qué? ¿Acaso había hecho algo muy malo? Me quedé pegada al vidrio, esperando a Kurama o a Shizuka, pero nunca llegaron... No sé cuantos días estuve esperando, no sé si habrán sido horas en realidad... Pero nunca más volví a ver abrir esa puerta...
N-Nyoko se siente muy triste y quiere llorar... Kurama se olvidó de Nyoko...
.
.
.
.
.
El tiempo pasaba muy rápido y la falta de alimento hacía estragos en mi cuerpo, no podía levantarme, no podía moverme, yo seguía esperando a mi amo, a que volviera a casa por mi... Pero no volvía, ya no volvió nunca más.
En mi dolor y mi tristeza, en mi llanto ahogado y mis ganas de ser más fuerte, un último maullido fue lo que alertó a un gato que tenía una anciana vecina, que saltó de su balcón a donde yo estaba y me llevó un trozo de esperanza, un trozo de alimento para poder volver a tomar fuerzas y levantarme. Ese gato me enseñó a saltar de balcón en balcón y me alimentaba mientras me volvía más fuerte, hasta que finalmente pude bajar de ese lugar.
.
.
.
Los años pasaron y crecí, ya no era la pequeña e inocente Nyoko que habían abandonado. Me convertí en una jovencita grande y fuerte, gracias a ese gato glotón que cuidó siempre de mi, Shaku.
Ahora era muy fuerte, no solo físicamente, si no mentalmente. Vivía acompañada de los gatos del vecindario donde hacíamos muchas travesuras y los vecinos se encargaban de alimentarnos, aunque claro... Nunca me dejaba ver, ya que tenía miedo que me rechazaran como lo hizo Shizuka.
Un día, mientras vagaba por la calle, vi a un hombre con una mujer que estaba embarazada, ¡que lindo! Al acercarme a escondidas... Demonios... El pasado volvió a mi mente. Ese hombre era Kurama y la mujer era Shizuka. Ella estaba embarazada, al parecer esperaban a su primer hijo. Kurama lucía más radiante y feliz, como si el abandonarme no lo hubiese afectado para nada, como si yo no hubiese significado nada en su vida. La tristeza volvió de nueva cuenta a mi corazón y fue aún más doloroso cuando vi que Kurama entró al local donde estaban esperando y al salir, venía con ellos un perro... Reemplazó mi lugar con un perro... Se olvidó de mi para comprarse un perro... Eso dolió muchísimo, no entendí que es lo que yo había hecho de malo. Quise enfrentarlo, quise ponerme en cara y exigirle respuestas, pero sentía que lo que me dijera todo sería doloroso y ya no quería más de ello, así que salí huyendo, dejando atrás la placa que él me había puesto cuando era pequeña.
Mientras corría, mi pasado rompía en mi pecho, mi pasado venía a mi mente, como un vil y cruel bucle que no podía borrar, el llanto y el dolor me carcomían por dentro y el ardor se hacía presente en mi pecho; por primera vez experimentaba el odio y el coraje. Corrí y corrí tanto que no me di cuenta que crucé la calle sin fijarme y un auto me impactó, mandándome a volar... Ya no supe nada más.
No sé cuanto tiempo estuve inconsciente, pero cuando desperté, estaba encerrada en una jaula, con un montón de gente a mi alrededor que me veían como un ser extraño. ¿Quiénes eran? Espectadores de un circo de horrores. Me vendían como una criatura amorfa, un humano que nació con una malformación que me hacía ver como un gato.
Cuando las luces se apagaban, los dueños se ocupaban de golpearme y divertirse con mi sufrimiento, pues mis heridas extrañamente sanaban con facilidad. Jalaban mis orejas y mi cola, me azotaban, me quemaban la piel con cigarrillos y me golpeaban una y otra vez, siempre teniéndome amarrada.
¿Para esto fui creada? ¿Para esto me salvaste, maldito Kurama?
Mi odio y mis ganas de venganza y de matar a todos cada vez más crecían en mi interior, se hacían más palpitantes y golpe a golpe saboreaba el sabor de su sangre y el arrancarles los intestinos y usarlos para colgarlos en su circo de horrores.
Yo había sido creada para ser la mejor hechicera, la mejor asesina, para vivir en la oscuridad y en el ocultismo, y el dolor y el odio no son buenos acompañantes y menos cuando algo dentro de ti, por la desesperación y el miedo que te carcomen va creciendo y se va haciendo más grande... Al final yo tenía derecho, ¿no?
La oscuridad y lo negativo rodearon mi cuerpo mientras ellos se reían de mi sufrimiento y de mi desgracia, diciendo que mi existencia era una aberración y que solo servía para ser usada... Mi momento, mi venganza había llegado.
Rompí las cadenas que me mantenían atada, destrocé la jaula donde me tenían encerrada y con lo primero que encontré, comencé la matanza a mis verdugos, "rompiéndolos" uno a uno, como ellos lo hicieron conmigo. ¡Se lo merecían!
No quedó alguno de pie, fue divertido... De verdad que lo fue... Sí, lo fue...
Pero aún así el dolor no pudo calmarse en mi, no pude borrar todas las cicatrices que tenía por dentro y que me seguirían por siempre. Sabía que había cruzado una línea y que sería imposible volver atrás... Si no es que acababa con todo lo que había conocido y creado hasta ahora.
Ahora todo ese pasado es un polvo que se fue en el viento, es algo que poco o nada recuerdo. Rara vez sale mi verdadero yo, mientras vivo encerrada en el cuerpo de esa Nyoko que fue feliz, que vivió una agradable vida, antes de que las desgracias surgieran y lastimaran y corrompieran lo que alguna vez Kurama me enseñó: A ser siempre la linda Nyoko.
About Me
┊┊┊┊⋆ ✧ · ✧ ✵
┊┊┊☆ * * ⋆
┊┊★ *
┊┊* . * ✦
┊☆ ° ✧ ·
★*
Nyoko ¡Nya!
Nombre: Nyoko
Edad: Desconocida
Raza: Neko (Cambiaformas)
Origen: Desconocido
Estatura: 1,54 mts
Peso: 45kg
┊ ┊ ┊ ┊
┊ ┊ ┊ ✯
┊ ┊ ★
┊ ✯
★
»»————- ★ ————-««
Gustos (=^ω^=)
❥ El pescado
❥ Las bolas de estambre
❥ La tranquilidad y el silencio
❥ Las personas amables
❥ La comida en general
❥ Los dulces y chocolates
»»————- ★ ————-««
Disgustos (=≧△≦=)
ㄨ Lo ácido y amargo
ㄨ La gente mala
ㄨ Que la toquen sin su permiso
ㄨ Que le jalen la cola o las orejas
ㄨ Que le digan adorable (Aunque parece disgustarle o hacerse la ofendida, si le gusta)
ㄨ No saber muchas cosas