iOrbix Profile of Iʀɪs ࿐

Feliz día Irishita ~

Exacto, debes ganarte el perdón de tu pequeña conejita. ~

¿Sabías que te amo demasiado?

Si, tanto como yo a ti

[center][code]Sapiencia, fortaleza, gloria, inteligencia. A deferencia del resto de las deidades helenas existentes en la actualidad, la diosa Atenea nació ya siendo adulta, dotada de un sin fin de cualidades que la caracterizaban de entre todo el Olimpo, “tienes a tus pies un futuro prometedor”. Por suerte o desgracia, ella no tuvo que pasar por la tierna infancia para aprender a hablar, aprender a caminar, aprender a comportarse o inclusive, aprender a utilizar una espada; estas son habilidades con las cuales ya había llegado al mundo. La sabiduría impoluta de su madre y las habilidades bélicas de su padre residían en su existencia inmaculada, lo mejor de ambos mundos, eso era ella. Pese a gozar de grandes bendiciones que la volvían impecable para el arte, la cultura, la estrategia en el campo de batalla, el manejo de diversas armas y una inteligencia bien dotada, ella no era conformista. Aspiraba a más, siempre deseaba ir por más. No podía quedarse con los brazos cruzados. Había escuchado por los pasillos del instituto diversos comentarios referentes a los docentes y las clases impartidas “aburridas, monótonas, inútiles, blah, blah, blah”, ella pensaba todo lo contrario.

Estaba maravillada, era el inicio del curso y no podía creer, todavía, que alguien en el cosmos se haya preocupado por impartir una educación de calidad a los seres que serían los próximos gobernantes del grande y ancho universo.

Ella era una persona reservada, la amabilidad la caracterizaba de sobremanera, sin embargo, prefería gastar su tiempo libre en seguir practicando el combate de defensa y el combate cuerpo a cuerpo, o bien, leer algún libro de historia.

Como bien era su costumbre, a penas dieron las 10:00 a.m y ella se dirigió a la explanada principal de la escuela para dirigirse a su primera clase: arte contemporáneo, pero aquella osadía rompió su concentración ¿cómo es que alguien se atrevía a tocarla? Rápidamente dejó caer el bolso con sus libros y se dio la vuelta, apuntando con una pequeña daga bañada en oro blanco la garganta del varón. [/code][/center]

[code][center][i][c=#562D80]—¿Por qué no me sorprende que no sepas ni siquiera distinguir el aula de lógica militar con tan poca educación? Esta es el ala sur, parte de artes, el ala norte, justamente en donde se encuentran las espadas, los arcos, las armaduras y los brutos barbaros, son parte de la materia de Lógica Militar. —[/c][/i][/center][/code]

[code][center]Retiró la daga, mirando fijamente, en carácter reprobatorio, al rubio frente a ella. Suspiró profundamente, negando con la cabeza. [/center][/code]

[code][center][i][c=#562D80]—Vaya primer impresión. —[/c][/i][/center][/code]

[center][image=https://photos1.iorbix.com/00/00/00/00/03/79/32/56/Pallas-Atenea-rCbDfuXDW-b.gif][/center]

[code]La juventud se disfruta de tantas maneras. Se ríe, se llora, se enamora o se traiciona; tanto para mortales y deidades puede parecer igual, salvo por estos últimos, quienes tuvieron cierto aprendizaje acerca de sus habilidades y conocimientos. Artes, brutalidades; danzas y peleas, bruscos o delicados, todo aquello se veía envuelto en aquella academia donde podrían verse a los Dioses Griegos en una edad bastante joven, sin importar que hubiesen nacido con un físico que pareciera el de un adulto. La mente juega un papel importante en todos, sin importar su divinidad, no todos eran capaces de adquirir un conocimiento específico desde su nacimiento, es por eso que muchos decidieron acudir a eso que mortales llaman “escuela”, “colegio”, “dolor de cabeza”; muchos nombres podrían hacer referencia a aquellas paredes donde pasarían jornadas cortas o extensas practicando toda clase de materias.

Primer día de clases, ¿alguna vez alguien se había sentido nervioso por ir a una academia? Sí, ese el caso de la dulce y jovial mensajera de alas doradas había preparado algunas libretas y hecho sus propias hojas de partituras para sus clases de escritura y música. No era de llevar tantas cosas consigo, procuraba llevar lo esencial para su día, tanto que una pequeña maleta iba en sobre uno de sus hombros, donde estaba su ropa deportiva para las clases de Vuelo y Natación. Iris nació como todos, del Cosmos, de la manera más inesperada y que nadie podría imaginarse más allá de su saber; pero bien sabía que cada uno de los Dioses tendría habilidades distintas a las de ella, también personalidades; era posible que cada uno perteneciera a un grupo de los temperamentos propuestos por Hipócrates tiempo después: flemáticos, sanguíneos, melancólicos, coléricos, había tantas probabilidades y nuestra mensajera entraba en aquel grupo de los melancólicos, a pesar de ser la representación de los colores que abundaban por las tierras del Olimpo, el Inframundo y el Océano.

[center][image=https://photos1.iorbix.com/00/00/00/00/03/79/46/40/Is--A2fojmkn3-b.gif][/center]

Partió de su habitación hasta llegar al pasillo donde se encontraban las artes, mirando de reojo cómo algunos comenzaban a relacionarse, presentándose con sus nombres de pila o con algunos apodos por los cuales eran conocidos por muchos. Iris solamente se mostraba con una sonrisa, con algo de nervio disfrazado con esa máscara que podría parecer encantadora a algunas miradas o simple molestia para otros. Pero, había algo con lo que no contaba, solo sabía en qué edificio estaba, pero no dónde podría ser la primera clase. La academia tenía infinidad de aulas adaptadas a cada habilidad que los dioses aprenderían; todo parecía confuso, así que se acercó a una pequeña pizarra que contenía algunos horarios y los números de aula que correspondían a ciertas clases. Se quedó ahí, solamente buscando la clase de Comprensión y Escritura.
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[code]La idea de asistir a un Instituto sería la última cosa en la que pensaría la joven diosa. Le encantaba pasar tiempo a solas en su cuarto llena de libros, velas y algunos seres flotantes a su alrededor; además de que muy pronto terminarían sus clases iniciales de magia con la diosa Hécate y estaba ansiosa por continuar los siguientes.

—[b]¡Qué tontería![/b]— se decía Melínoe así misma recostada en su cama y apretando su almohada fuertemente.
[b]—¿Por qué mi madre quiere que vaya a tal lugar? Estaré rodeada de gente que sólo juzgará mi apariencia y tendrán miedo de mí. No deseo amigos pero tampoco me gustaría ver la cara de espanto de los dioses a cada rato.[/b] — Se sentó rápidamente en su cama con una sonrisa cizañosa al prenderse su "foco (?)". — [b]¿No sería divertido verlos todos temerosos a cada rato? ¡Por qué no lo pensé antes! Soy buena escabulléndome. Creo me divertiré mucho en aquél Instituto. [/b]—

[center][image=https://64.media.tumblr.com/ec9c004144be0f7c55c7ace3ac2d9ee6/tumblr_ppilxuZHga1tf04pfo1_400.gif]
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Melínoe sería la diosa más joven en asistir al Instituto Olimpian pues sería la última diosa que habría llegado al mundo en “aquél momento”. Sin embargo, sus grandes habilidades le habían dado la oportunidad de ingresar con una beca del casi el 100% permitiéndole a su madre guardar ese dinero para otras necesidades y sentirse orgullosa de su hija, sin dejar de mencionar que las recomendaciones de su actual tutora Hécate, le hacían un fuerte candidato reconocido para aceptarla a pesar de su corta edad.

—[b]Nos veremos pronto mi querida maestra. [/b]— Le decía a su institutriz dado que no la vería durante unos meses. — Cuando regrese no olvides enseñarme la poción para crear vómitos en otros. — Le sonrió dándole un fuerte abrazo de despedida.

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Finalmente el día había llegado y Melínoe asistiría a su primer día en el Instituto. Tenía muchas emociones encontradas pues entre sus deseos no estaría el convivir con los demás pero a la vez le agradaba mucho la idea seguir aprendiendo de sus poderes y mejorar sus habilidades cada de más. Ella sabía que podría esconderse en todo momento y pasaría desapercibida pues su objetivo sería aprender y mejorar aunque indiscutiblemente destacaría entre los alumnos no sólo por ser diferente y por lo que hacía sino por sus habilidades excepcionales al estudio.

[b]Tendrá que darme algo después. [/b]— Se decía Melínoe a si misma mientras caminaba al Instituto. —[b]
Mi querida hermana, Macaria ha decidido llegar con aquél dios de la muerte que le ha robado su corazón y no asistir conmigo. Estoy segura que ni le preguntó y probablemente ni lo encontrará en el camino, pero ya sabrá ella que hace con esos sentimientos.[/b] — Se sintió preocupada pero a la vez deseosa de querer ver feliz a su hermana.

Mientras caminaba y se acercaba más al Instituto, veía a muchos dioses a su alrededor decidiendo dejar su apariencia normal y convertiste en una sombra para que nadie la viera a su paso.
[c=#802D2D]“[b]Astronomía[/b]”[/c] sería su primera clase pero no sabía el aula de la misma. Se acercó a una pizarra que vió al fondo para cerciorarse de su ubicación.
—[b]“Psstt”[/b]— Le dijo a alguna diosa que parecía buscar su aula al igual que ella, aún sin permanecer en su forma original.
—[b]“Pssttttttttttttt”. [/b]— Le volvió a repetir al darse cuenta que no había respuesta.
—[b]“¿Buscas tu aula? Te recomiendo tener cuidado con los demás dioses. Algo que me dice perderás tus alas en algún momento. Nos vemos”[/b] — terminó diciéndole después de revisar su aula y pasar a dirigirse a la misma. [/code]