↓ Mar fuera. . .
“Estarás bien. . “ Fueron las últimas palabras que escuchó poco antes de ¿morir? No, no estoy muerta. .
Como si sus palabras hubieran sido escuchadas, antes de que se cumpliera el plazo de su sentencia alguien se acercó a la débil muchacha, sintiendo compasión de la situación y tendiéndole una mano, hablándole con su voz encantadora y calmante, ¿quién era? No lo sabía, ni su nombre y por lo decaída que estaba no pudo mirarle el rostro, sólo sintió como la recogían de la aún tibia y finísima arena, sacudiendo con su grande palma el precioso rostro de la sirena, “Estarás bien” Murmuró el extraño una vez más y Adalia se calmó, cerró sus ojos pues sabía no era su final.
El extraño la llevó a un lugar totalmente distinto, cambiándose la arena por una enorme capa de textura verde, ¿qué era eso? Era pasto, pero ella no lo sabía, ¿qué serán esas piedras sobrepuestas? Era un castillo, pero ella tampoco lo sabía. Un sinfín de cosas desconocía, pero no tenía miedo, ya no. El sol parecía haber salido, anunciando un nuevo día, pegándole los rayos de sol directo a su rostro despertándola, dándole la cálida bienvenida a su nueva vida a lado de ese extraño, que por cierto, no se parecía a los humanos comunes que había visto, no, él era diferente, y ahora lo sabía, se llama Kaleth y él le enseñó durante 2 años cómo ser una buena muchacha, a conocer lo más básico del actuar humano, entre modales, leer, escribir, la crió como una hija muy encima de su naturaleza, fueron los 2 años más felices que vivió hasta que llegó el tercer año, pues ahí se hizo presente otra persona, totalmente distinta al aura que transmitía Kaleth, este era oscuro, intimidante, daba miedo solo de verlo “Te irás conmigo” habló con voz gruesa, totalmente desagradable para los oídos de la rubia, “¿Por qué?” Preguntó Adalia que buscó refugiarse en Kaleth quien se negó y tomándole de las mejillas le dedicó la más cálida de las sonrisas, pero con unos dejes de tristeza que provocaban un escalofrío, “Irás con él, sólo será un año, por favor confía en mí, fue parte del trato, él es Michael, un demonio muy poderoso que levantó aquel hechizo de la bruja y te salvó, sé buena, yo iré por ti en un año, lo prometo”. Y Adalia lo hizo obedeciendo, fue con aquel hombre y si Kaleth le había mostrado lo bello de la vida y sobretodo sentimientos lindos como ser amable, bondadoso, cariñoso y todo lo bueno que se pueda imaginar; Michael era quien debía enseñarle los sentimientos negativos, lo que era la tristeza, el miedo, los nervios, la ansiedad, el dolor, la ira, la rabia, la decepción, el deseo, incluso le cambió el nombre, llamándola “Daeva” en todo el tiempo compartido, intentando sacar y corromper su ser, sometiéndola a situaciones que le provocaban dolores de pecho, miedo, tristeza, soledad, fue terrible pero justo, incluso necesario para formar el carácter de la sirena y prepararla para un mundo fuera de la burbuja donde se mantenía aislada, regalándole la habilidad total para hacerse de piernas o cola de sirena a su voluntad, preparada por fin para regresar al mar y cuidar de él como sirena, como humano y poder salir a tierra firme sin miedo . . Así fue hecha Adalia Daeva. .
༄ Adalia tiene de compañero/guardián un pequeño y adorable caballito de mar llamado “Dooblie”, ella lo ama.
༄ Posee magia por su naturaleza, pero no fue capaz de desarrollarla completamente por el tiempo que pasó fuera del agua.
༄ Su cabello suele cambiar de color, incluso lo puede cortar y este volverá a crecer a su antojo.
༄ Adalia aún siente mucho dolor al caminar largas distancias, por lo que evitará hacerlo.
༄ Ella muy encima de ser amable y dulce suele explotar fácilmente al punto de parecer agresiva.
༄ Su pasatiempo favorito es recolectar fruta en los bosques y conchitas en la playa, una actividad que considera sumamente especial porque lo hacía junto a Kaleth.
༄ Su canto, como el de cualquier sirena podría encantar y llevar a la locura a cualquier hombre, pero ella no hace uso de este.
༄ Como sirena conoce a la perfección el océano, especialmente el Índico que es el que está bajo su cuidado así como el de sus hermanas. También puede comunicarse con todas las criaturas existentes allí.
About Me
⇢ Mar dentro. . .. . .
Hijas del rey del mar, Adalia junto con sus 6 hermanas fueron herederas de los 5 océanos, a cada una se le repartió un pedazo del inmenso cuerpo de agua que cubría la tierra para cuidar de él, a ella se le encomendó el océano indico en conjunto con su adorada hermana April para vigilar de sus tesoros y riquezas infinitas que le adornan y mantenerlas bien resguardadas de la ambición de los humanos, pero, lo que no contó el ya viejo rey fue la propia ambición de las sirenas por conocer el exterior y cómo su ingenuidad les llevaría a pasar un trago amargo, justo eso sucedió con Adalia que, por el deseo de ir en busca del “amor” de un marinero que conoció se sometió a un doloroso proceso con la bruja del mar, cuya fama no era muy de fiar, pero su corazón la cegó y aceptó todo, incluyendo las consecuencias y precio de su decisión. . “Cometes una estupidez, pero estaré dispuesta a satisfacer tus deseos, pues te harás desgraciada, mi bella princesa. Quieres librarte de la cola de pez para que aquel humano se enamore de ti“. Y tras decir eso la bruja soltó una carcajada tan ruidosa y repelente que toda alimaña que vivía en la cueva de la vieja bruja cayeron al suelo revolcándose “Pues así será, pero debes saber que te va a doler, como si te rajasen con una cortante espada de doble filo. Cuantos te vean dirán que eres la criatura humana más hermosa que han contemplado. Conservarás tu modo de andar oscilante; ninguna bailarina será capaz de balancearse como tú, pero a cada paso que des te parecerá que pisas un afilado cuchillo y que te estás desangrando. Además, no podrás regresar al mar y en caso de que no consigas tu cometido desaparecerás en simple espuma. Si estás dispuesta a pasar por eso te ayudaré”. Y así dejó todo lo que amaba atrás por un amor que jamás encontró y que quizá fue su condena para morir en el olvido y convertirse en espuma de mar y desaparecer para siempre, desperdiciando sus 300 años de vida que tenía por delante, “Ojalá pudiera regresar el tiempo”, rogó escondida en algún rincón de una hermosa y desierta playa, envuelta en su rubia y abundante melena, como esperando por algún milagro que la salvara de su final, el tiempo era poco y a sus esperanzas como fuerzas se las llevaba la brisa, ¿qué más podía hacer? Estaba sola y temerosa. . Era un pez fuera del agua en espera de su castigo por haber amado sin saber hacerlo. .