Amable, cálida, vivaracha y con una sonrisa risueña en el rostro la mayor parte del tiempo. Así es como puede describirse a la estrella de Nijail, aquella pequeña criatura que brilla con luz propia ante la calidez que es capaz de emitir con su bondad, con esa persistente necesidad de ver antes por los demás que por sí misma. Cariñosa, inocente, dulce y un tanto infantil es como Elizabeth, su nana, la ha descrito desde que tiene uso de razón y desde que le conoce; quizá sean las cualidades que la hacen querer un poco más a la princesa que a sus hermanos mayores.
Posee una personalidad más densa en sus sentimientos, no solo posee la calidez propia del fuego en su sonrisa, también en sus ojos cuando encuentra enfado, cuando siente injusticia... Cuando necesita demostrar que es más allá de una cara bonita o un mar de sentimientos. En ese momento que debe demostrar de lo que está hecha, de esa sangre ancestral que corre por sus venas, y cuando debe luchar por aquello que anhela.
Tiene problemas como cualquier otro en el mundo, muchos de ellos vienen arraigados desde su infancia, sembrados a causa de su progenitor. No será raro el día que no sienta que es una molestia, que está causando problemas de más y que se considera una inútil; no es porque busque compasión en otros, tampoco porque se sienta indefensa pero, después de tantas ocasiones de escuchar las mismas frases, terminas creyendo las mentiras o verdades de otros. Igualmente, habrá ocasiones donde mencione que su padre tenía razón, que quizá la vida le sería más sencilla de entender y de actuar si fuese varón, si mantuviese sus sentimientos al margen de la situación en lugar de quebrarse al no poder más con el peso de la culpa, con la sensación de ahogo, con el ardor en los pulmones y garganta.
Tiende a llorar con frecuencia y facilidad, cuando ya no puede más, es una de las cosas que más detesta, que repudia completamente de su actitud, y todo ello viene derivado del disgusto de Wagner por mostrar debilidad. Sin embargo, siempre intentará reponerse lo más pronto posible o liberar esa amargura cuando nadie le ve. Es muy apegada a sus hermanos, son quienes más le importan en este mundo y cualquier otro, haría cualquier cosa por ellos sin importar qué pueda ser; incluso si tuviese que dar su vida por ellos estaría dispuesta, aun cuando ellos insistieran en que es la idea más tonta del universo. Incluso, podría hacer lo que fuese para evitar el sufrimiento de otros, siempre y cuando exista una causa justa que dé razón a su indebido actuar.
Puede actuar como una niña, puede hacer rabietas cuando algún capricho no se le cumple, pero suele entender los motivos de ello. Cuando se enfada, lo cual no sucede con frecuencia, tiende a dejar que su juicio se nuble por las emociones, por el fuego, sin detenerse a pensar con detenimiento en sus actuares... Hasta después de llevarlos a cabo.
Nombre: Caeldori Dussart.
Apodo: Dori.
Edad: 17 años.
Raza: Dragón.
O. Sexual: Heterosexual.
Ocupación: Estudiante.
Nacionalidad: Bielorrusa.
G U S T O S♡ El chocolate en barras, malteadas, cualquier presentación
♡ Los postres, los dulces y las drakigomitas.
♡ Los animales sin importar el tamaño o especie.
♡ Pasar tiempo con sus hermanos.
♡ Ayudar a otros sin importar el costo.
♡ Leer historias del Nijail antiguo, aunque no entienda aun del todo el idioma.
D I S G U S T O Sχ Que la llamen niña o la confundan con una.
χ Que no le dejen obtener sus dulces o sus chocolates.
χ Sentirse desplazada o no encajar en un sitio.
χ Ser tan descuidada y tener accidentes constantemente.
χ Sentirse inútil y recordar todas las frases que Wanger decía.
χ No controlar completamente sus habilidades de dragón.
M A S C O T A S
FenrirSe trata de un zorro en apariencia común, característico de la zona boscosa de Nijail. La principal cualidad de estos animales, es que pueden cambiar su tamaño a voluntad, haciéndose más pequeños y adorables, hasta enormes bestias peligrosas. Fue encontrado por la princesa durante sus primeros viajes de regreso a Nijail, el pequeño tenía una pata trasera herida debido a una trampa para animales; al no poder dejarlo allí, tras sentir la mirada llena de piedad del pequeño, decidió llevarlo a casa. Actualmente tiene una personalidad tranquila, sin embargo tiende a reaccionar según las emociones de su dueña.
CatriaEs una gatita que recientemente ha llegado a Nijail de polizón tras uno de los tantos viajes de Vincent a la dimensión terrana en la que ella creció. Aun no se sabe mucho de la personalidad de la gatita siamés, sin embargo, se ha descubierto que le encanta jugar con el cabello del actual rey.
About Me
Cabello castaño y suave, piel tersa y de pálido color, ojos color esmeralda, y una sonrisa angelical; una pequeña Seregios. Así era como podían definir las concubinas a la criatura nacida aquella tarde de invierno, misma tarde que cambiaría por completo la vida de los integrantes de la familia Dussart; después de dos varones, finalmente llegaba una mujer al hogar… Después de tanto pedir a los antiguos, el último descendiente de la gobernante de Nijail era una mujer.
Caeldori creció bajo los mimos y cuidados directos de su madre, al igual que sus hermanos, solo en ocasiones quedaba bajo el cuidado de Elizabeth, la mano derecha de la madre de los dragones, consentida, querida, amada. La pequeña era la adoración de su madre y, ¿con qué razón no lo sería si eran como dos bellísimas gotas de agua? Lo único que podía diferenciar una de otra era el color de los ojos, Seregios poseía los ojos azules como el elemento que la regía, mientras que los de su pequeña eran de color verde.
Educada en las artes, en la historia, la geografía, la etiqueta, cultura, idiomas y danzas, creció como una chiquilla que debía entender cuál era su posición dentro de aquel reino. No solo existía para ser una cara bonita, debía saber defenderse, conocer los límites de sus propias habilidades como dragón, contar con lo necesario para llegar a ocupar el trono en caso de que fuese necesario y, también, aquello que podría suceder algún día y para lo cual también estaba destinada: Matrimonio. Al ser una princesa, podría darse la posibilidad de tener que comprometerse para mejorar la estabilidad de su nación, pero aquello era algo que la reina veía tan lejano, que prefería evadir el tema siempre que algún otro gobernante hacía mención de ello.
Sin embargo, no todo podía ser perfección para una criatura tan bondadosa como ella. Wagner no estaba del todo satisfecho con una descendiente mujer en su familia, aquello le representaba un problema o al menos eso dejaba entrever en cada una de las ocasiones que debía pasar algo de tiempo con ella. La mayoría de las ocasiones, las pequeñas fiestas de té se reemplazaban por entrenamientos en el manejo de espadas, escudos y combate cuerpo a cuerpo: el arte de la guerra. Algo en lo cual la pequeña no estaba de acuerdo, pero cada vez que buscaba rehusarse, su padre arremetía con comentarios ácidos que desmoronaban su confianza: Eres una inútil, nunca llegarás a ser igual que tus hermanos; jamás quise una hija como tú, preferiría que hubieses muerto.
Cuando Nijail se vio envuelta en la guerra, Caeldori sintió una terrible presión en el pecho una vez notó como la señorita Elizabeth ponía varios cambios de ropa en una improvisada maleta, algunas cuantas monedas, unas bolsitas con los dulces más apreciados por ella y, también, al adorado señor Pelusa. Princesa, acompáñeme por favor, su madre me ha pedido llevarla de paseo. ¿Qué tal si acompaña a Lutherion? Él la llevará al jardín y hacia el portal para salir. Yo le alcanzaré después, ¿sí? Aquellas fueron las últimas palabras que escuchó de la mujer de cabello oscuro. Y, probablemente, la última vez que escucharía hacer mención sobre Seregios, al menos mientras aún tenía vida. Lutherion era uno de los guerreros más bravos del ejército Nijailiano, su ascenso rápido entre las filas se debía a la determinación y la confianza que poco a poco ganaba con la reina; sin embargo, esa confianza fue quebrantada poco después de abandonar a su suerte a la pequeña Caeldori a mitad del bosque que rodeaba la entrada hacia la dimensión donde existía Nijail.
En su mente, solo tenía el deseo de volver a casa, de encontrarse con sus hermanos y sus padres nuevamente, pero la entrada a la ciudad ya no poseía la misma niebla de antes, aquella que mantenía los peligros lejos de la ciudad, a los bandidos que buscaban hacerse de las riquezas y revelar los tesoros que la nación guardaba. Y la desaparición de la niebla solo podía apuntar a algo: La reina había muerto.
Caeldori se lamentó, pasó días haciéndolo mientras vagaba en los alrededores del bosque, sin lugar a dónde ir, sin saber cómo regresar o en quien confiar. Y justo cuando pensaba que desfallecería en aquel recóndito e inhóspito lugar, un rayo de luz apareció para regresarle energía a su vida, dándole una segunda oportunidad de vivir. No recuerda con exactitud cómo fue, apenas tiene el vago recuerdo de aquel hombre que hubiese cuidado de ella durante unos meses, antes de dejarla en lo que consideraba unas mejores manos para alguien tan frágil y delicada.
La dimensión, que no era otra cosa que el mundo humano, parecía ser un sitio bastante… Peculiar, sumamente diferente a Nijail, existían cientos de cosas que eran distintas a primera vista, desde los edificios tan actuales hasta los animales, incluso las personas que no mostraban la misma educación que los drakis Nijailianos. Era un mundo completamente nuevo que esperaba por ella, sin saber, que la crueldad volvería a azotarle un par de años después.
Caeldori quedó al cuidado de una casa hogar durante casi dos años, tiempo en el que solía esconderse debajo de la cama cada vez que llegaban personas interesadas en adoptar. Quizá los tres siguientes años, fueron los más difíciles para ella: Casa tras casa tras casa. No encontraba tranquilidad en ninguna, tendía a escaparse durante las noches para regresar al orfanato; tenía la creencia de que allí sus hermanos podrían encontrarla fácilmente, si se alejaba demasiado de aquel lugar… Volver a verlos sería imposible. Cansados de la actitud renuente de la niña para dejarse adoptar, terminaron por dejarla allí hasta los diez años, tiempo en el que nuevamente trató de formar una familia ante la posibilidad… ¿Y si sus hermanos jamás la encontraban? ¿Si al igual que sus padres ellos estaban muertos? Aquello quizás, era parte de un nuevo cambio en su vida. Y vaya sorpresa se llevó, al darse cuenta que quien buscaba adoptarle era la misma persona que años antes le abandonara en el bosque: Lutherion.
Años más tarde tras la guerra, Lutherion sentía remordimiento de salvarse a sí mismo tras abandonar una criatura inocente en algún lugar del mundo. La culpa ante la lealtad quebrantada hacia su reina, lo torturaba en los últimos años, durante cada día que pasaba y la incertidumbre crecía… ¿Y si en realidad la buscaban con desesperación en el punto acordado después? Probablemente, saber todo lo sucedido tras encontrarse con Elizabeth un par de años tras la guerra, logró mover esa dureza que le obligó a cambiar los sueños de alguien más por los suyos. Lutherion tenía una fortuna la cual se forjaba con base en las apuestas, en cualquier tipo de ellas: juegos de azar, peleas legales o ilegales fuesen de personas o animales, carreras, deportes, partidos de cualquier tipo. Era un mundo bajo en el que vivía, pero la imagen del dueño de un banco se mantenía respetable por las mañanas.
La relación entre el guardia y la princesa era un tanto forzada a causa del segundo, Caeldori le había perdonado todo sin ningún tipo de mentira, de remordimiento o de condición, una simple sonrisa acompañada de un: Todo está bien; parecía carcomer al dragón de tierra. ¿Cómo podía ser posible tanta compasión? Pero esa era una de las cualidades más fuertes de la princesa, era una criatura compasiva, noble, que poco le importaba el tenerse que sacrificar por aquellos que consideraba era justo, que lo necesitaban; que merecían una segunda o tercera oportunidad, como ahora Lutherion.
Años más tarde, cuando Caeldori cumplió catorce años, Lutherion decidió que era el momento idóneo para retornarla a su hogar, recordarle todo lo sucedido durante su huida en Nijail y previo a ello, sin embargo, aquella charla debería esperar para la eternidad: Debían huir, alejarse… Antes de que los cazadores dieran con ambos dragones. El rumor de que existían dragones en la ciudad se extendía entre el bajo mundo de las criaturas diferentes, y que sería más especial que tener la piel de un dragón de la realeza en sus accesorios. Lutherion, temiendo el inminente peligro, envió lejos a la draki; al único sitio donde podía creer que estaría segura: La granja de un primo lejano.
Pero la estancia en aquel lugar solo duró dos años, Caeldori no encontró más motivos para seguir viviendo en aquel lugar tras enterarse de la muerte de Lutherion y como aquel hombre habría dejado la fortuna que tenía para ella, junto con un departamento pequeño en la ciudad; era lo necesario para vivir, al menos hasta que pudiese encontrar nuevamente a sus hermano lo cual, no tardaría demasiado tiempo ya que, casi a los seis meses del cambio, Caeldori se reencontró con Skyler como una ardiente curiosidad, ardiente y molesta en la nuca. Sin embargo, dado lo ajetreado de la vida de ambos, continuaron viviendo de la misma forma, separados, pero haciéndose visitas ocasionales uno al otro para no perder el contacto.
Continuará… Debido que falta el tiempo actual donde vive en Nijail y su reencuentro con Vincent.
● Fuego: Dori es un dragón de fuego, por tanto, puede lanzar llamas por la boca cuando se lo propone o se le provoca; aun no ha aprendido a controlar esta habilidad, porque trata de usarla en lo más mínimo. Sin embargo es bastante potente. Otra de las habilidades provenientes del fuego, es que puede incendiar su boca creando un mordisco ígneo. Como última habilidad, puede generar fuego en sus manos o canalizarlo hacia dicha zona, esto con la finalidad de tener un mejor manejo del elemento y no recurrir a una transformación completa. El fuego utilizado no le causará daño ya que posee Cuerpo ígneo.
● Cuerpo Ignífugo: A razón de su naturaleza, Dori es inmune al fuego, únicamente le dejará rastros de ceniza o de ollín, pero no habrá ningún tipo de quemadura. Su cuerpo reacciona rápidamente protegiéndole con escamas en caso de exposición intensa. Para ella, el quemarse causa una sensación de cosquillas.
● Niebla: Es una habilidad que heredó de su madre pero que actualmente desconoce que posee. Sin embargo, está latente en ella. Su funcionamiento es simple: Su cuerpo emana la niebla que comienza rodeándola y puede expanderse a su antojo, todos aquellos que no poseen en sus venas algo de sangre de dragón, pueden experimentar un efecto similar a la perdida de memoria. Su profundidad para borrar recuerdos, dependerá de la densidad de la niebla así como del tiempo de exposición. Habilidad sacada del libro Vanish: Chica de niebla. Saga Firelight.
● Sentidos y fuerza: En su forma humana, posee una fuerza física bastante grande, sin embargo aun no podría llegar a vencer a sus hermanos con ella; sigue siendo débil. Sus sentidos: oído y visión, son mejores que el resto, especialmente cuando se da el lujo de utilizarlos en una transición humano-draki. Es fácil notarlo, debido a que algunas escamas se manifiestan en su piel y sus ojos pasan a tomar un color dorado.