iOrbix Profile of Jᴀᴄᴋ Sʜᴇᴘʜᴀʀᴅ

What goes around, comes around.

Pero qué pasó o k 👁👄👁

[b]Moscú - Rusia[/b]
[code]Москва - Россия[/code]
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Los vuelos habían aterrizado en el aeropuerto Sheremétievo [code](Шереметьево)[/code], cabe resaltar, que sus exclusivos pasajeros no tenían que pasar por ningún protocolo como los viajeros comunes que llegaban a Rusia, al contrario, el personal de la aerolínea les indicaban unas salidas diferentes dónde ellas no tenían que registrar su llegada al país, ya habían limusinas blindadas esperando a cada invitada junto con sus respectivos equipajes dentro de la cajuela. Así mismo, contaban con un equipo de escoltas privados que les acompañarían durante todo el trayecto hasta el lugar indicado.

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El viaje duró unos veinte minutos, habían recorrido las avenidas principales de la ciudad y finalmente en una propiedad custodiada por extrema vigilancia, se alzaba el reconocido letrero del restaurante Turandot, este “Versalles ruso” con decoración Rocaille, porcelana Bauscher, antigüedades japonesas y chinas, era una mezcla de elegancia y opulencia, muy característico entre la élite. Aquel, era el sitio minuciosamente escogido para reunir a las mujeres provenientes de las grandes mafias del mundo.

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Aquí las cosas comenzaron a ponerse interesantes, las jóvenes al ingresar a este prestigioso establecimiento, notaron poco a poco cómo sus "habilidades especiales" habían desaparecido por completo. ¿Qué estarían sintiendo o pensando ante la ausencia de algo que les acompañó durante toda la vida? Lo más curioso, es que no se conocían de nada, era normal que desconfiaran unas de las otras, más aún al haberse criado bajo el yugo de un mundo cruel y violento. ¿Podrían acaso hablar con entera libertad de sus "poderes" siendo ellas lo más valorado (por los intereses que fuesen) en sus respectivas organizaciones y familias criminales? ¿Todo esto sería una trampa? Habían muchas preguntas sin respuestas.

La cena estaba lista, un desfile coordinado entre meseros atendieron la única mesa destinada para todas ellas, los platos fueron cuidadosamente seleccionados según los gustos de sus invitadas, cada silla llevaba un nombre destinado a cada una, salvo la única ubicada en un extremo, al parecer pertenecía al o la causante de todo esto.
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[center]Un vestido rojo, con caída hasta sus pies completamente liso, abrigo de piel de zorro blanco y guantes de seda albina que llegaban hasta sus codos era el guardarropa que la pelirroja había seleccionado para dicha velada. Su largo cabello cobrizo se encontraba atado a una coleta alta y sobre su cuello un collar de diamantes celestes se lucía con altivez. Salió del hotel en el cual le habían dado indicación de hospedarse y sin decir nada ni mirar a nadie, abordó la limusina que ya la esperaba a las afueras del edificio, aunque lo detestaba, pues odiaba sentirse acorralada, vigilada. Era obvio que estaba ahí por una razón importante, lo frustrante es que dicha causa se encontraba fuera de su propio entendimiento. En todo el camino se limitó solo a mirar por la ventana, meditabunda. ¿Cómo es que había llegado a estar metida en medio de toda esa situación? Extrañaba Francia, más que nunca, sin embargo, ahí se encontraba, cumpliendo una labor estúpida para una persona que ni siquiera era capaz de dar la cara.
Al llegar al punto acordado, bajó con calma del vehículo, aunque el chofer le ofreció la mano, ella le dirigió una mirada fría, incluso hasta grosera para que se alejara, y funcionó. Justo cuando comenzó a dar los primeros pasos y los guardias le dieron acceso al comedor principal, Hannabeth comenzó a sentirse ridículamente mal. Con un ligero mareo y debilidad en su cuerpo, casi como si le hubieran arrebatado parte de su vitalidad, jamás había experimentado algo así, se sentía tan frágil, tan indefensa, pero, ¿qué era?
Decidió ignorarlo y caminó hasta la mesa señalada, en ella habían 7 espacios, 6 con nombres, incluyendo el suyo, pero el que más le llamó la atención, fue el lugar anónimo. Un par de meseros la acompañaron hasta su asiento y justo cuando decidió reposarse en la silla, todo su cuerpo, pies, brazos, incluso el rostro comenzó a hormiguear, como si su sangre, desde dentro, comenzara a tener un cambio extraño, ¿qué diablos le estaba sucediendo? [i][c=#660000]— ¿El anfitrión cenará con nosotros esta noche? — [/i][/c] Cuestionó a los meseros, pero recibió cero respuestas por parte de ellos. No estaba segura y lo sabía, su cuerpo estaba actuando de forma extraña y eso la hacía sentir incomoda. ¿Qué estaba pasando en realidad? [/center]

[code]— Bienvenida a Rusia. Disfrute de su estadía en Hotel Baltschug Kempinski. —

La puerta se cerró detrás de ella sin más. Contempló la suite que le habían otorgado en aquel hotel, había bastantes adornos en su habitación que le recordaban a las imágenes de su libro de historia, pues eran decoraciones similares a las que habían en la época de Rusia zarista, pero lo que más le llamó la atención a Greta fue la vista panorámica del centro de Moscú que podía observar desde su habitación. La Plaza Roja, el Kremlin y la Catedral de San Basilio, jamás creyó lo asómbrate que sería poder observar aquellas construcciones, hasta ahora.

Observó la hora en un gran reloj elegante que colgaba en su habitación, eran las 5:00 p.m y claramente estaba cansada por el vuelo, sin embargo sus ganas de querer recorrer aquella plaza eran más grandes que nada. Tomó un abrigo de su equipaje, dejando la maleta desordenada y salió de su habitación. Bajó por las escaleras del hotel, siendo que su habitación se encontraba en el último piso; bien pudo haber tomado el elevador pero las entidades a veces le jugaban bromas pesadas a Greta y la dejaban encerrada por horas en espacios cerrados. Esta vez no tenía tiempo para aquellos seres. Llegando a la planta baja, una escolta de hombres bien vestidos se acercaron a ella, informándole que en la noche tenía que asistir a una dichosa cena en algún lugar secreto de Rusia, por lo que solamente le dieron unas horas para salir a "explorar", siempre y cuando fuera acompañada y así fue. Greta salió del hotel, y caminó hacia la Plaza Roja.

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Leyó por última vez la invitación a la dichosa cena que le habían entregado el escuadrón de hombres bien vestidos, intentando encontrar algo entre líneas; algo que le dijera cómo debía irse vestida pero no decía nada acerca de eso. Si por Greta fuera, solamente se iría en jeans con una sudadera y estar cómoda durante la cena. Había viajado desde Reino Unido, recorrió el centro de Moscú, se encontraba cansada y en lo que menos pensaba durante ese momento era en vestirse bien. Encontró en el fondo de su maleta un vestido color esmeralda, se vistió y arregló lo más rápido posible y se dirigió nuevamente a la recepción, en dónde su escuadrón ya la esperaban para irse.

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Durante el recorrido al restaurante, Greta se comunicó con algunos cuantos espíritus para pedirles que durante su estadía, recorrieran el lugar para obtener información de las personas que la habían mandado a traer desde Inglaterra. Desgraciadamente una vez dentro de aquel lugar, no tuvo éxito para poder comunicarse con ellos. ¿Qué estaba pasando? Intentó mover alguna silla con su poder de telekinesis, y nada. [i]Qué extraño. [/i]

Una vez dentro del comedor principal, se sentó en la silla que tenía su nombre. ¿Qué era aquel lugar? ¿Por qué fue convocada a ir a Rusia? Y lo más importante, ¿Quién y por qué? Observó a las demás chicas como fueron llegando, para después observar el ridículo desfile de meseros. Se le olvidaron todas aquellas preguntas al observar el platillo que colocaron delante de ella, era su platillo favorito; magret de pato con salsa de naranja y calabazas. No pudo evitar sonreír al ver aquel platillo y comenzó a disfrutar probablemente el último platillo de ese tipo en su vida, pues no sabía lo que le esperaba en Rusia aún. [/code]

[center][image=https://64.media.tumblr.com/30f7ee32876f157ef09a614900d7ad7d/5397dc70176535bc-4b/s500x750/9edb5dbc0ff57c2258abfa0c331b0a03cbc4a040.gif][/center]

[center][i]Su propio instinto del deber le había obligado a actuar de aquella forma para salvar a un inocente de los caprichos de Hannabeth. Cuando ella se quitó el micrófono frente a él, confirmó sus sospechas. [b]No sé cómo llegó eso ahí.[/b] Le respondió con el mismo descaro con el que ella le hablaba. [b]Tienes razón, no tengo nada más que hacer aquí, la noche en este lugar se puso aburrida. [/b] Observó la hora en el reloj de su muñeca. [b]Creo que iré a buscar diversión en otra parte. [/b]Dándole la espalda a la pelirroja, Jack se alejó de ella dirigiéndose a la salida del establecimiento.

[image=https://imagenes.20minutos.es/uploads/imagenes/2020/05/05/3043577.gif][/i][/center]

[center][image=https://i.pinimg.com/originals/ab/c1/ac/abc1ac3d3a90c4419397cc7059bb7789.gif]

[i][b]Le tocas un solo cabello y te juro que te mato. [/b]- Jack estaba mirando al pobre muchacho, a pesar que la amenaza parecía ser dirigida hacia él, Hannabeth sabía que dichas palabras eran dedicadas exclusivamente para ella. - [b]Lárgate de aquí.[/b] - Shephard se había inclinado hacia la mesa mostrándole al joven su arma enfundada resguardada dentro de su propio traje. - [b]¡Ahora![/b] - Alzó el tono de su voz para que este ya completamente intimidado retrocediera logrando así que se alejara de la peligrosa cercanía de la pelirroja -

[c=#60BF8F]H-hey, tranquilo, y-yo solo vine a ... a tomarme unos tragos, no quiero ningún problema. [/c] Aquel sujeto después de haber respondido, abandonó incluso el establecimiento. [/i]
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Ante la situación, Hannabeth se puso de pie no sin antes golpear las palmas de sus manos de manera estruendosa sobre la mesa. [i] — ¿Qué diablos fue eso, Shephard? [/i] Negó con la cabeza y se retiró de la ropa el diminuto micrófono que él había plantado en ella de manera tan descarada. [i] — Esa no es la forma más inteligente de tratar a una "inocente", ¿o si? ¿Qué esperabas escuchar? Si soy una chica que pretendía solo. . .Pasarla bien. [/i] Fingió bastante molestía, aunque tampoco esperaba que Jack se tragara su actuación tan barata. [i] — Cómo sea, ¿qué haces aquí todavía, no tienes algo mejor que hacer como atrapar a verdaderos delincuentes o algo así? Cariño, si quieres pasar tiempo conmigo, esta no es la manera. — [/i] Murmuró divertida, escaneando de nueva cuenta el lugar.

[center][i]Su propio instinto del deber le había obligado a actuar de aquella forma para salvar a un inocente de los caprichos de Hannabeth. Cuando ella se quitó el micrófono frente a él, confirmó sus sospechas. [b]No sé cómo llegó eso ahí.[/b] Le respondió con el mismo descaro con el que ella le hablaba. [b]Tienes razón, no tengo nada más que hacer aquí, la noche en este lugar se puso aburrida. [/b] Observó la hora en el reloj de su muñeca. [b]Creo que iré a buscar diversión en otra parte. [/b]Dándole la espalda a la pelirroja, Jack se alejó de ella dirigiéndose a la salida del establecimiento.

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[i][center]Y en efecto, el sujeto al que Hannabeth había abordado, era un simple becario de informática que hacía sus prácticas en una empresa de animación. Así mismo, las gesticulaciones de aquel chico, denotaban asombro y sorpresa, de ser alguien que esperaba un paquete o alguna información se hubiese mostrado más tranquilo y serio ante la imponente presencia de una mujer como ella, alguien tan temida y reconocida en el mundo de la mafia, a quién la reconocían con el pseudónimo de "Snake".

[image=https://images.gr-assets.com/hostedimages/1572629958ra/28388390.gif]

Shephard sin dudarlo un segundo, decidió acercarse para interrumpirles, bien sabía que si ese joven permanecía más tiempo con ella, se convertiría en una de sus víctimas.

[b]¿Qué hace mi esposa hablando con un desconocido en un bar a esta hora y sin llevar puesto su anillo de bodas? [/b]

De esta forma podría asustar al muchacho para que se alejase sin que este hiciera preguntas.[/center][/i]

[center]Cuando Shephard se acercó, Hannabeth volteó la mirada, escaneándolo a detalle. Cuando mencionó aquello último, "su esposa", una gran sonrisa se dibujó sobre su rostro, bien, el agente se había dado cuenta de su trampa, aunque hubiera preferido mil veces que este se pusiera celoso, pero qué más daba, tenía de nuevo su atención. [i][c=#660000]— Tal vez si alguien supiera complacer las necesidades de su esposa esta no estaría buscando aventurillas por ahí, ¿no te parece, cariño? — [/c][/i] Volvió a sonreír de forma "inocente" para él, comenzó a quitarse el guante que cubría su mano derecha y sobre la mesa apoyó sus dedos desnudos, acercándose lentamente a la mano del pobre inocente que se había convertido en la presa de Beth, con solo un toque, este moriría, y si Jack se arriesgaba a tocarla, su destino sería el mismo. [i][c=#660000]— Tranquilo o alguien podría salir. . .Herido. — [/c][/i][/center]

[center]Estuvo solo a unos escasos centímetros de la mano del joven sentado frente a ella y él, por supuesto, estuvo tentado a sujetarla. Hannabeth no solo era venenosa, sino que también poseía una belleza incomparable y eso la hacía la depredadora perfecta. [i][c=#660000]— Vamos a ver quién de los tres pierde más esta noche.[/c][/i][/center]

[center][image=https://i.pinimg.com/originals/ab/c1/ac/abc1ac3d3a90c4419397cc7059bb7789.gif]

[i][b]Le tocas un solo cabello y te juro que te mato. [/b]- Jack estaba mirando al pobre muchacho, a pesar que la amenaza parecía ser dirigida hacia él, Hannabeth sabía que dichas palabras eran dedicadas exclusivamente para ella. - [b]Lárgate de aquí.[/b] - Shephard se había inclinado hacia la mesa mostrándole al joven su arma enfundada resguardada dentro de su propio traje. - [b]¡Ahora![/b] - Alzó el tono de su voz para que este ya completamente intimidado retrocediera logrando así que se alejara de la peligrosa cercanía de la pelirroja -

[c=#60BF8F]H-hey, tranquilo, y-yo solo vine a ... a tomarme unos tragos, no quiero ningún problema. [/c] Aquel sujeto después de haber respondido, abandonó incluso el establecimiento. [/i]
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Ante la situación, Hannabeth se puso de pie no sin antes golpear las palmas de sus manos de manera estruendosa sobre la mesa. [i] — ¿Qué diablos fue eso, Shephard? [/i] Negó con la cabeza y se retiró de la ropa el diminuto micrófono que él había plantado en ella de manera tan descarada. [i] — Esa no es la forma más inteligente de tratar a una "inocente", ¿o si? ¿Qué esperabas escuchar? Si soy una chica que pretendía solo. . .Pasarla bien. [/i] Fingió bastante molestía, aunque tampoco esperaba que Jack se tragara su actuación tan barata. [i] — Cómo sea, ¿qué haces aquí todavía, no tienes algo mejor que hacer como atrapar a verdaderos delincuentes o algo así? Cariño, si quieres pasar tiempo conmigo, esta no es la manera. — [/i] Murmuró divertida, escaneando de nueva cuenta el lugar.